Jaime Lozano, ¿la salvación o la condena de Chivas? La directiva rojiblanca parece decidida a apostar por el «Jimmy» como el nuevo timonel para el Apertura 2025, y no es para menos: tras la salida de Gerardo Espinoza y la eliminación temprana en el play-in, el Rebaño busca un proyecto fresco… pero ¿es Lozano la opción ideal o un riesgo disfrazado de esperanza?
Lozano llega con un currículum que genera más dudas que certezas. Su paso por Querétaro y Necaxa en Liga MX dejó un saldo poco alentador: no logró clasificar a la Liguilla con ninguno de los dos equipos y su efectividad ronda apenas el 40%. Sí, ganó la Supercopa MX con Querétaro en 2017, pero ese fue un espejismo en una carrera de clubes marcada por la mediocridad.
En la Selección Mexicana, su historial es un vaivén de luces y sombras. Ganó la Copa Oro 2023, sí, pero también fue responsable de la humillación en la Copa América 2024, donde México quedó eliminado en fase de grupos, y de la derrota en la Liga de Naciones de Concacaf que terminó por costarle el puesto. Críticos como Christian Martinoli no dudaron en señalar su falta de jerarquía para imponer disciplina y su incapacidad para modificar tácticas durante los partidos, lo que evidencia un entrenador que no sabe cómo manejar la presión ni el talento de sus jugadores.
La directiva de Chivas, encabezada por Javier Mier, insiste en un perfil mexicano para el banquillo y Lozano cumple ese requisito, pero ¿basta con eso para un equipo con la historia y exigencia del Rebaño? Mientras otros nombres como Guillermo Almada, que ha demostrado capacidad para trabajar con presupuestos limitados y potenciar canteranos, parecen más sólidos, la opción Lozano se siente más como un comodín desesperado que una apuesta seria.
¿Será que Chivas está condenándose a repetir errores del pasado con un técnico que no ha demostrado poder llevar a un equipo grande a la gloria? La afición rojiblanca merece respuestas claras, no experimentos. La pelota está en la cancha del «Jimmy», pero que no se equivoque: en Guadalajara no hay paciencia para proyectos tibios, y la historia reciente de Lozano no invita al optimismo.
En conclusión, Jaime Lozano como principal candidato para dirigir a Chivas es una decisión polémica que divide aguas. Su experiencia limitada y resultados cuestionables contrastan con la necesidad urgente de un cambio radical en el club. La directiva debe evaluar si realmente confía en un entrenador que, hasta ahora, ha sido más sombra que luz en el fútbol mexicano. El tiempo dirá si esta apuesta será un acierto o un error que podría costarle caro al Rebaño Sagrado.